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Todo depende del consumo que vayamos a tener, además de si nos gusta cortar el jamón o somos de esas personas que siempre tenemos el tiempo justo.
Como la mayoría de cosas todo tiene pros y contras.
Si nuestro consumo va a ser de menos de 200 gramos diarios, lo mejor sería comprarlo loncheado. Esto se debe a que cada vez que lo cortemos a cuchillo vamos a desperdiciar un poco de jamón. Si, por el contrario, nuestro consumo va a ser mayor, lo mejor será comprar la pieza entera.
En el caso de comprarlo loncheado, lo único que tendremos que hacer será abrir el sobre y comer. Si hemos comprado la pieza entera, cada vez que queramos consumirlo tendremos que cortarlo.
También tendremos que tener presente que el sabor del loncheado no podrá ser tan intenso como el de recién cortado.
Aun así, una vez más, la elección es vuestra y en cualquiera de los dos casos podremos disfrutar de un manjar.